El parche
No te confundas,
llevo este parche debido a mi esposa. Verás: hace un año mi esposa quiso
sorprenderme con un pastel de cumpleaños, pero la sorpresa no resultó como ella
esperaba. Debimos ir al cine, como hacemos cada año.
No suelo dejarme convencer con facilidad,
pero accedí a su petición de darle una mordida al pastel mientras ella
canturreaba y daba de palmadas. Es posible que su esfuerzo para hacer de esa noche
algo memorable, me conmoviera. Sólo así me explico el haber accedido a tan mala
idea. (Debimos haber ido al cine.)
Había olvidado por qué no me gustaban los
pasteles de cumpleaños, pero su mano pesada y el rostro sumergido en aquella
pasta azucarada me lo recordaron. Algo de crema se metió a mi ojo izquierdo,
provocándome una severa infección. Ella me llevó a ver al médico a toda prisa.
El tratamiento incluía el uso de un parche en el ojo.
El médico me explicó que debía usar el
parche a todas horas, aunque podía retirarlo para dormir. La idea de ir con el
parche por las calles me molestaba, sobre todo era incómodo pensar en los
compañeros del trabajo.
Cansado por los acontecimientos del día,
decidí ir a dormir temprano. Mi esposa ya estaba en la habitación, me ayudó a
desvestirme, y cuando iba a retirarme el parche, dijo:
—Déjatelo.
Desde hace un año, mi esposa no quiere
hacer el amor si no llevo el parche puesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario