Caminaba sobre Reforma. Eran cerca de las tres de la madrugada y ningún taxi se atrevió a detenerse. Hacía frío, pero me pareció agradable cruzar hasta el camellón central y caminar bajo los árboles que parecían más despiertos a esas horas.
A unos metros de mí, bajo la pálida iluminación pública, algo se movió. Me acerqué a inspeccionar. ¿Qué será? Tenía la forma de un hombre, pero cubierto de plumas negras y grises. ¿Un hombre alado, emplumado?
Di una palmada para llamar la atención de la criatura, si criatura era (se movía, debía estar vivo), y miles de pájaros emprendieron el vuelo; ante mí sólo quedaba el cadáver putrefacto de una persona.
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4 comentarios:
Si esto que cuentas es verdad (y no es relato), me impresiona que camines a las 3 de la mañana solo... (¡O acompáñado!)
era uno de mis alebrijes que permanecieron un buen tiempo sobre Reforma...achis....ese fue el que se me perdió!!!....PAGO MUY BUENA LANA QUIEN ME LO ENTREGE VIVO O MUERTO!!!
mmm... se siente raro cuando la realidad te golpea de ese modo, una va caminando bien tranquila imaginando cosas por la calle y sopas.. back a la cruda realidad..
me latió este 'incidente'
Todo, salvo el cadáver, fue real. Acababa de ver a Das Ich y Diorama.
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