Un minuto y un segundo de Joaquín
Un minuto

Pensó en
comprar unos plátanos fritos, podía ser un buen tentempié en lo que llegaba a
casa. Además, quería contarle a Rosa que le habían rechazado el proyecto para
reducir costos en papelería y electricidad, allá ellos, pensaba, si quieren
seguir malgastando recursos. Pero los jefes siempre creen tener la razón aunque
sean unos imbéciles.
Había
demasiada gente, y encima esos chavos besándose y estorbando más de lo
aceptable.
—Compermiso —dijo Joaquín.
—Pásele
—respondió el muchacho.
Joaquín
pasó entre la pareja y una señora que esperaba el camión. Comenzaba a
desesperarse y le pasó por la mente la idea de darle un codazo a la señora y
bajarla de la banqueta. Pero pudo más su sentido común y se tragó su molestia.
Pero había mucha gente y tenía prisa.
Puso un pie
en el arroyo vehicular…
Un segundo
El cuerpo de Joaquín yace inmóvil bajo las ruedas del
microbús.