junio 06, 2012

Adiós al hombre ilustrado


Muere Ray Bradbury a los 91 años

Era casi media noche. La luna estaba alta en el cielo. El hombre ilustrado no se movía. Yo había visto lo que  había que ver. Los cuentos habían sido contados. Habían concluido.
—Ray Bradbury; El hombre ilustrado

Ray Bradbury, ícono de la literatura norteamericana, que hizo popular los géneros de la Ciencia Ficción, el Fantástico y el Terror, en libros como Crónicas marcianas y La feria de las tinieblas, falleció en Los Ángeles, el pasado 5 de junio, a los 91 años de edad, según informó su editorial en Estados Unidos, HarperCollins.
     Con más de 500 títulos en su haber, donde se cuentan obras tan exitosas como Fahrenheit 451, novela considerada clásica dentro del género, en la cual se muestra la vida de una sociedad futura y su relación con la censura, El hombre ilustrado, volumen de cuentos fantásticos que abarcan las diversas temáticas que abarca el general de su obra, La feria de las tinieblas, novela de fantasía oscura que plantea algunas cuestiones sobre la infancia y la edad adulta, la amistad y la lealtad, entre muchas otras obras.
     Para acercarse a la fascinante obra de este autor, a quien el propio Borges reconoció como uno de los más sobresalientes, es importante hacer una diferencia entre los términos, mayormente usados en el cine, “Ciencia Ficción” y “Sci-Fi”. El segundo nace como una apócope del primero (práctica frecuente del pueblo estadounidense), pero en la actualidad ya no son la misma cosa. Sci-Fi es el espectáculo cinematográfico de naves, planetas, extraterrestres y rayos láser tan propio de filmes como Star Wars, Escape de Nueva York, Viaje a las estrellas o Transformers, donde el avance tecnológico sólo es un elemento para adornar una historia de aventuras tradicional, o de caballeros, espadas y princesas, en tanto que Ciencia Ficción se refiere a la relación del ser humano con este avance tecnológico, es decir que traza algunas cuestiones filosóficas, sociológicas o psicológicas. Es más propio de películas como 2001: Una odisea en el espacio, La luna, Alien (la primera), Blade Runner, La naranja mecánica, El dormilón o Cuando el destino nos alcance. Todas estas películas plantean cuestiones que van más allá del espectáculo cinematográfico de peleas y efectos especiales, y es precisamente este cuestionamiento el que se halla siempre presente en la obra de Bradbury.
     Crónicas marcianas puede ser visto como una novela o como un conjunto de cuentos. El eje temático es la colonización del planeta Marte realizada por el hombre. A lo largo de los relatos se construye la historia de un largo periodo de tiempo, desde que los primeros cohetes comenzaron a volar, pasando por la llegada al planeta rojo, los primeros encuentros con los marcianos, su posterior exterminio, y finaliza con la decadencia del ser humano, que hace del planeta Marte una versión idéntica de la Tierra, con su intolerancia, sus guerras, sus poblaciones suburbanas y sus conflictos raciales. La Ciencia Ficción no es un género que trate acerca del futuro, aunque lo parezca, sino acerca del pasado cercano y el presente. El retrato que el autor hace de la sociedad futura es el retrato de la sociedad presente, sólo ha cambiado el escenario, aunque el hombre se empeña en hacer que todos los escenarios nuevos terminen por parecerse demasiado a los ya conocidos.
     Pero Bradbury no sólo abordó la Ciencia Ficción, a lo largo de su obra, fantástica o realista, también policiaca, hay una constante sensibilidad alrededor de la escritura, interés que comenzó en él desde la infancia. Incluso en sus últimos días, su actividad favorita era escribir, ya fuera en sus diarios, o en un cuento, una novela, o bien un poema.
     Que la obra de este genial autor, Ray Bradbury, nos sirva de inspiración, que nos enseñe algo de nosotros mismos, y ese aprendizaje nos permita rectificar el rumbo.
     ¡Hasta la vista, Ray!

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