junio 15, 2013

La ciudad de las maravillas: Pinche payaso



Pinche payaso

 
Ese pinche payaso ya se merecía lo que se le vino encima. Se lo ganó a pulso por su forma de trabajar. Lo primero que hace es hablarle con cariño a un niño, una vez que el niño lo mira, el payaso saca un globo y lo infla rápidamente, lo moldea para que tome la forma de una espada o de una flor, según el sexo del pequeño (aunque a veces los listillos piden el que supuestamente le corresponde al otro sexo; son más listos que tú), y cuando el niño toma el globo, el payaso le dice:
     —Dile a tu papi o mami que sólo son diez pesos.
     ¡Hijo de su puta madre! Ningún papi y ninguna mami (de los de verdad, no de los que lo son por pendejos) quiere que sus hijos sufran, y en vez de decirle al pinche payaso que chingue a su madre, le ofrecen el dinero.
     Por eso me alegró mucho cuando el pinche payaso se quiso ligar a mi “amiga” Carmen. “Ella” le dijo que sí, se fueron al hotel y ahí, Carmen le mostró la sorpresa y el pinche payaso lleva ya dos días sin poder sentarse.

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